Para contestar a esta pregunta, nos remontamos a 2018, cuando Taylor firmó con Universal. Anteriormente, tenía contrato con Big Machine Records, discográfica con la que grabó sus seis primeros álbumes: Taylor Swift (2006), Fearless (2008), Speak Now (2010), Red (2012), 1989 (2014) y Reputation (2017). La artista había cedido a Big Machine Records los derechos sobre estas grabaciones y firmó una cláusula que no le permitía volver a grabar sus canciones hasta noviembre de 2020. Este sello fue comprado por Ithaca Holding, una empresa de Scooter Braun, productor y empresario con el que Taylor ya había trabajado con anterioridad y del que había dicho que había sufrido bullying. Y fue aquí donde empezaron los problemas, como explicó Taylor con una carta en su cuenta de Tumblr.
Al comprar el sello, Scooter Braun adquirió todos los derechos del catálogo de Taylor y no le permitió ser propietaria de su propia música, la misma que le habían llevado a ser una de las principales artistas a nivel mundial. Intentando llegar a una solución para recuperar todos los derechos de estas canciones, en 2019 decidió grabar todo este material de nuevo para poder ser la propietaria de estos nuevos álbumes regrabados y, para evitar confusiones, los lanzó con su título original acompañado de “(Taylor’s Version)”. De esta manera, recibiría el total de royalties generados por estos temas con las nuevas versiones. Esto fue lo que hizo a partir de 2020, empezando por su álbum Fearless de 2008, que volvió a ver la luz reconvertido en Fearless (Taylor’s Version) en abril de 2021. Desde entonces también ha regrabado su disco Red de 2012, Speak Now y su último lanzamiento, 1989 (Taylor´s Version).
Mas datos: